En la rutina diaria nos encontramos con diferentes fuentes de inspiración estas pueden ser un olor, una fotografía, una flor, incluso un tono de voz o una canción. Te contaré que en mi caso la flor de lavanda ha sido mi inspiración desde hace ya unos años atrás, la realidad no recuerdo el motivo pero te puedo confesar que solo pensarla en mi mente se dibuja un campo lleno de estas flores y me lleva a tener calma mental a concentrarme; así que recurro a este totém (más adelante platicaremos de esto) para enfocarme en mis tareas diarias, en mi trabajo, en tener ideas para innovar en mi vida. No siempre son cosas tangibles simplemente es aquello que te permite conectar con tu proceso creativo y volar, cuando esto pase ¡déjate llevar! Es señal de tu mente trabajando. La importancia de tener estas fuentes de inspiración es lograr estructurar tus sueños, tus ideas con tus acciones, tu vida real. Cuando permites que la inspiración te guíe la vida fluye. Ojo querida amiga, no necesitas ser diseñador, arquitecto o escritor para tener inspiración lo único que necesitas es ser tú misma. Observemos nuestro entorno por un momento…ya te diste cuenta que prevalece algo, que hay constancia, ¿Qué tal un color? ¿El estampado repetitivo en tu hogar o ropa? ¿Esa canción que no dejas de poner mientras trabajas o te ejercitas? Y ¿Aquella fotografía? Estamos rodeadas por esta inspiración y genera ciclos o tendencias repetitivas en nuestras vidas. ¿Interesante? Sí pero sobre todo apasionante. Ahora que lo sabes cuéntame, a ti ¿qué te inspira?